20 de Junio - Día de la Bandera Argentina

lunes, 25 de mayo de 2009

Valores Fraternales







Antonio Sagarna publicó en 1944 su libro "LA FRATERNIDAD" - Hija del
"Histórico" - Heredera de Urquiza, en él nos cuenta el orígen, la fundación
y el desenvolvimiento de "La Fraternidad" en los primeros años de
existencia.


Han transcurrido muchas décadas y se nos ocurre que debemos mirar hacia
atrás. ¿Para qué?, ¿Tiene sentido mirar el pasado cuando es tanto lo que
tenemos que hacer, que construir y reconstruir...? Desde el sencillo rincón
que es el Centro Maxit, creemos que es imperativo "releer" los mensaje que
están implícitos en la historia institucional, que están marcados a fuego en
el basamento de la Institución, en la "Tradición Fraternal".


La nobleza ha sido uno de los valores que distinguieron la cultura
fraternal, nuestra vida adolescente se ha impregnado de estos valores. En
sus galerías, en sus patios aprendimos a compartir, no solo el techo y la
comida sino los libros, una corbata, una camisa...y mucho más.


"...Quien no respetara ese código sacro, merecía el repudio colectivo. "En
el Colegio del Uruguay -remata Fray Mocho-, se podía ser haragán, embustero,
medio ladrón, barullero y todo lo malo que pudiera ser un muchacho: nunca
faltaban amigos abnegados. El único que no los tenía ni los tendría jamás
era el canalla! Eso era tradición".
(1)


Y nos cuenta Luís F. Aráoz su experiencia en la escuela primaria en Tucumán
con maestros altoperuanos: "...la otra novedad para las correcciones
disciplinarias, la de separar en "dos bandos" a los discípulos: el de San
Agustín uno y el de Santo Tomás el otro, al objeto de establecer la
rivalidad y la "delación" entre los alumnos de uno y otro bando. Además,
agregaba a la palmeta el látigo para la disciplina..."
(2)
"...Las acusaciones se hacían siempre usando la palabra ¡Maestro! -Fulano
"me está tratando"- El "tratando" quería decir " me está retando", e
insultando, en modismo salteño - El Maestro averiguaba ligeramente, llamaba
al niño delator de la banda contraria y le daba un palmetazo... Claro que la
rivalidad sembraba los odios en vez de estimular el estudio... " (2)



"...En los seis años que he estado en el Colegio del Uruguay, no he conocido
una sola delación
, tal era el compañerismo fraterno bajo la enseñanza moral
del sabio Larroque ..." (3)



Esta "hija" del Colegio del Uruguay recibió como legado inviolable estos
rasgos virtuosos y los "Fraternales" -así lo testimonia la historia y la
tradición oral- siempre los han honrado desde el momento mismo de pisar el
umbral de la Casa. Pero dejemos que un ilustre "Fraternal" nos cuente:


"LA FRATERNIDAD", por Luis Doello Jurado, Gualeguaychú, junio de 1953.-
"Fui becado por la cooperativa de mi pueblo con cuatro compañeros más, en
marzo de 1887; Luís Alvarez, Esteban Piaggio, Adolfo Etcheverst, Antonio
Almeida. Las cooperativas departamentales de "La "Fraternidad" flaquearon, y
en mi quinto año obtuve una beca del gobierno de la provincia.
"Conocí pués "La Fraternidad" (y la fraternidad) en forma que jamás se
borrará de mi alma. Las becas no eran limosnas ni prebendas palaciegas. Las
otorgaban las comisiones departamentales en tal número "como lo permitía el
monto de las cuotas que aportaba el vecindario, dividido por el importe de
la beca, -18 pesos.
"Los becados éramos responsables ante los contribuyentes, que no hubieran
soportado costear holgazanes o ricos. Teníamos que sacar por lo menos 6,
término medio, al fin del año y no haber fracasado en "ninguna asignatura
para conservar la beca.
"Eramos hombres. Hombres del Colegio de Urquiza. Los estatutos de "La
Fraternidad" eran un hermoso documento de patriotismo sin gritos ni
espasmos; se exigía seriedad y laboriosidad, y se obtenía. Un "artículo
penaba con expulsión a quien delatara a un compañero
. En 1888, una
madrugada, aparecieron atrás del ombú del sitio todos los cubiertos con que
se servía la mesa a los ochenta y tantos internos, "hechos pedazos con
diabólica paciencia; había hojas de cuchillo rotas en trocitos de una o dos
pulgadas. Era la forma de la mas drástica protesta contra la calidad de las
comidas. En verdad, una vez se "encontraron, en un arroz a la valenciana,
ratoncitos cocinadoe enteros juntos con los trozos de salchicha.
"El Presidente Dr. Ugarteche, cuyo monumento es poco para su noble figura,
se dirigió a los internos con detonante violencia, y amenazó con expulsiones
en masa y otras penas severísima.
"Cincuenta y tantos años después un compañero de aquellos tiempos me confió
el nombre de uno de los delincuentes. No sé como lo sabía; no lo dijo a
nadie más; y yo no lo digo. No lo quiero decir.
"Y ahora, viejo, más cerca de los 80 que de los 70, he vuelto a "La
Fraternidad" y la encuentro igual. Igual en la nobleza de los corazones,
igual en la falta de énfasis, en la naturalidad de las posturas morales, sin
"gritos ni declamaciones. Son caballeros y son alegres. No alardean ni
temen. Y otra cosa que me llenó de sana alegría: Aprecian a sus autoridades.
Para esas autoridades no hay mejor elogio y yo se lo tributo a "plena
conciencia. Honra de Entre Ríos, Institución única en su carácter, el país
entero debiera saber esto que yo sé y digo." (4)



Referencias
* (1) EL COLEGIO DEL URUGUAY Y "LA FRATERNIDAD", Héctor C. Izaguirre,
Ed. Dunken, 2007.
* (2) DEL TIEMPO VIEJO, Luis F. Aráoz, reedición 2003.
* (3) Id.
* (4) "CHÉCALE", Año I - N° 1






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Homenaje al Ingeniero GUSTAVO TORRESÁN (f), hijo del Fraternal Jorge Torresán

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