20 de Junio - Día de la Bandera Argentina

jueves, 13 de diciembre de 2007

Recuerdo Fraternal de don Juan Balsechi por Jorge Enrique Martí

Es bueno, es justo y le hace bien al alma recordar a quienes han tenido actitudes generosas y palabras de aliento hacia instituciones filantrópicas como “La Fraternidad”, para usar una palabra simbólica que ahora nos parece extraña pero fue cotidiana en tiempos que andan en el olvido.
Así comienzo esta breve y sentida evocación de don Juan Balsechi prometida a Benito Palomo para su tarea de comunicador fraternal a través del portal del “Centro Maxit” y de las hojas impresas que en vuelo de nostalgias compartidas nos acerca cada tanto en un revival de los días adolescentes en Concepción del Uruguay.
Resulta que inesperada y felizmente apareció en mi casa colonense Elisa Balsechi, nieta de don Juan e hija de Edo Edelmiro, mi compañero en los cinco años del bachillerato en el colegio histórico, con quien estoy fotografiado en el grupo de egresados junto al Rector Grianta en la clásica postal con el sello inconfundible de Foto Toneff. Con Elisa, a quien no conocía, ocurrió una suerte de reencuentro, porque junto a memorias de su padre me devolvió la imagen de su abuelo, a quien conocí en mi época estudiantil, entre 1939 y 1943, y también después, en los años en que tuve el privilegio de acceder a la Dirección de nuestra “Casa de los Recuerdos”, a partir de 1952.
Elisa ha efectuado un excelente trabajo de investigación histórica sobre las primeras organizaciones sindicales de Entre Ríos, de 1918 a 1943, que dio lugar a la muestra fotográfica “Luchas y proyectos”. Y la culminación de su valiosa tarea, está dedicada al proyecto titulado “Cultura e identidad social de trabajadores sinndicalizados en la provincia de Entre Ríos, 1918-1943”, que ha sido acogido en el programa de identidad entrerriana del Conejo Federal de Inversiones y la Subsecretaría de Cultura de Entre Ríos para una próxima publicación.
En ese quehacer fundacional de ideales y propuestas compartidas anda la figura emblemática de don Juan Balsechi, impulsor de la Unión Obrera Departamental de Concepción del Uruguay y de la Cooperativa de Autoconsumo “El Despertar del Obrero”, que tuvo su biblioteca y su periódico en una lucha reivindicatoria de los trabajadores organizados. A ese capítulo le he sumado mis recuerdos de Pueblo Liébig, cuando todavía se llamaba Fábrica Colón, y don Juan Balsechi volcaba todo su entusiasmo en el impulso y la concreción de la organización que reuniera a los obreros de la industria de la carne.
Pero mis referencias para este comentario se vinculan a la Sociedad Educacionista “La Fraternidad” de la que Balsechi fue socio activo y generoso benefactor. La primera visión se refiere a la acogida solidaria y comprensiva que siempre brindó a los confraternos suspendidos transitoriamente del internado por aplicación de normas disciplinarias que todos conocíamos. En esas instancias se abrían generosas la puertas de “El Despertar del Obrero” que brindaba techo y manutención. ¿Cuántos recuerdos quedaron en tantos fraternales que vivieron aquella experiencia?
La otra también valiosísima actitud de don Juan Balsechi ocurrió en años económicamente muy difíciles para “La Frater”, que debió hacer grandes esfuerzos para cumplir su filantrópica misión de asistir a los jóvenes “ricos de inteligencia e indigentes de fortuna”, cuando se habían cortado las becas nacionales y provinciales como había sucedido en 1877. Entonces éramos alrededor de 160 internos a los que se sumaba el personal al que se brindaba también desayuno, colación y las dos comidas diarias de almuerzo y cena. Entre los abastecedores figuraba “El Despertar del Obrero” con sus clásicos canastos de pan fresquito y tibio como una caricia materna. Que nunca nos faltó. Se acumulaban las facturas impagas hasta sumar un par de años, sin que jamás se hiciera un reclamo ni dejara de faltar para los fraternales la provisión de ese alimento fundamental.
Y nada más, porque lo único que falta a este relato es un vibrante ¡CHÉCALE!!! De gratitud a la memoria de don Juan Balsechi.




El Centro Maxit agradece al Confraterno Jorge Martí el artículo precedente, que rescata del recuerdo la enorme figura de don Juan Balsechi, cuyo perfil y personalidad trascienden con holgura los moldes corrientes.

Con hechos, con su conducta, con brazos abiertos..., este hombre excepcional, pletórico de amor al prójimo, jalonó su vida con iniciativas y actos solidarios que merecen el reconocimiento de la sociedad toda y, en particular, de los "Fraternales".

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Homenaje al Ingeniero GUSTAVO TORRESÁN (f), hijo del Fraternal Jorge Torresán

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