Los médicos adquieren instintos que el resto de los
mortales no tenemos. Uno de ellos es el sentido de la
urgencia. Saben que si no actúan rápido el paciente se les
puede morir. Aquellos que trabajan con epidemias adquieren
adicionalmente la necesidad de buscar antídotos o vacunas.
Buscan, investigan, experimentan y si no son ellos los que
las descubren, saben quién lo ha hecho. Y cuando finalmente
encuentran una, se les dispara un tercer y contundente
instinto, el de vacunar a todo ser humano que se les
atraviese por su lado. El caso que más rápido se nos hace
presente es el de la vacuna Salk contra la polio.
Se necesitó entonces que un médico, oncólogo para más
datos, quien todavía practica su medicina los viernes de
cada semana y ¿por caprichos del destino y vaya uno a saber
por qué otro bicho que lo picó? se metió en política,
llegara a ser presidente de su país y tuviera el olfato de
descubrir que había una vacuna que nadie más había
detectado. El decidió aplicársela a toda la población,
que la necesitaba. Descubrió la vacuna contra la
ignorancia!
El médico del que hablamos es el doctor Tabaré Vázquez,
presidente de Uruguay . Los pacientes, los chicos de
primaria de su país.
Hace unos dos años y medio se enteró en Davos, Suiza, del
proyecto One Laptop Per Child o "Una computadora
portátil para cada niño", cuando Nicholas Negroponte
lo presentó ante el World Economic Forum. El proyecto, que,
como su nombre lo dice, aspiraba a dotar de una computadora
portátil a cada niño en edad escolar de primaria,
conectada a Internet de alta velocidad y banda ancha, se
presentó como una verdadera revolución educativa y una
redención para los países en vías de desarrollo.
Tabaré Vázquez entendió inmediatamente, y sin que nadie
se lo hiciera saber, que este proyecto proporcionaba lo más
cercano que había encontrado como antídoto o vacuna contra
la ignorancia. Hablamos de esa ignorancia crasa que genera
miseria y esa miseria extrema que lleva a las gentes a la
violencia. Ese mal endémico, esa patología dramática que
se ha convertido en la maldición de los países en vías de
desarrollo.
Hizo cuentas rápidas: Uruguay , tiene unos 3.700.000
habitantes, con unos 260.000 chicos en edad escolar
primaria. Regresó a su país y, sin pensarlo mucho ni hacer
muchísimos estudios de factibilidad ni crear comisiones de
notables ni paneles de expertos que discutieran hasta la
saciedad la bondad o maldad de una vacuna de este tipo,
armado simple y llanamente con su instinto de médico, que
tiene el sentido de la urgencia y de vacunar a las personas
cuando se encuentra una vacuna efectiva contra una epidemia,
ordenó precisamente 260.000 computadoras portátiles y toda
la parafernalia necesaria para conectarlas a Internet de
alta velocidad y banda ancha.
Entre el momento en que escuchó la propuesta de Negroponte
y la llegada a puerto uruguayo de las primeras laptops pasó
menos de un año.
Un año y tres meses después de la llegada de la primera
de estas computadoras a suelo uruguayo, la transformación
de la sociedad es patente. Se han entregado más de 170.000
portátiles, con una eficiencia y velocidad que en la
actualidad ronda las 1500 computadoras diarias entregadas a
los docentes y a los estudiantes de primaria.
Los chicos son los dueños de las portátiles. Las llevan a
sus casas y, en muchos casos, son ellos los que están
enseñando a sus padres, pues muchos de éstos nunca fueron
a la escuela y no saben leer ni escribir. No se han perdido,
ni robado ni vendido ni empeñado casi ninguno, pues un
inteligente sistema de control posibilita desactivarlo a
control remoto, por lo que la computadora robada sólo puede
ser usada como pisa papeles.
Se ha duplicado, en muchos casos, la asistencia escolar. Se
ha minimizado la deserción de estudiantes; se ha observado
un aumento de hasta el 50 por ciento del número de horas
que los chicos permanecen en la escuela.
Para poder entregar una computadora portátil, tiene que
haberse llevado a cabo un intenso proceso de inducción y
entrenamiento con los docentes, quienes son los primeros en
recibir una máquina y, obviamente, con los alumnos. Las
escuelas deben haber sido dotadas de un servidor y de los
puntos de acceso de la señal de Internet, y la corriente
eléctrica debe haber sido estabilizada para no fundir los
equipos. Las portátiles vienen cargadas con hasta
doscientos libros de todo tipo, escogidos por país, y esto
permite un ahorro de dinero que facilita la financiación.
Para septiembre, Uruguay será el primer país del mundo en
el cual la totalidad de los niños de primaria tendrá una
computadora portátil personal conectada a Internet de banda
ancha. Si lo conocíamos como la Suiza de América,
tendremos que cambiarle el eslogan, porque tocará llamarlo
la Finlandia de América o, mejor, llamar a Finlandia
"la Uruguay de Europa", porque ningún país del
Viejo Continente podrá darse el lujo de decir, como
Uruguay, que tiene vacunados a todos sus niños de primaria
contra la epidemia de la ignorancia.
El autor es investigador del Instituto de Tecnología de
Massachusetts .
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