20 de Junio - Día de la Bandera Argentina

lunes, 21 de abril de 2008

Don Florencio López VI


Palabras del ex Interno Fraternal Pedro López en el descubrimiento de la placa recordatoria de Don Florencio López, 14 de mayo de 2005:

Señores miembros del HCD de la Asociación Educacionista “La Fraternidad”, autoridades, amigos, ex internos jóvens fraternales, Señoras , Señores:

“Nos reúne hoy un merecido homenaje a Florencio López. Esta designación que ha recaído en mi persona me distingue y conmueve…dos fuerzas vitales confluyen en esa emoción que comparto con ustedes. Estamos evocando a nuestro querido “Negro” López en nuestra casa: “la eterna y siempre vigente Frater”. Y lo hacemos un 14 de mayo, que a lo largo de nuestras vidas es y será el hito inconmovible de una juventud forjada en ideales y valores.
Vengo de Corrientes, la tierra donde nació Florencio López y me apoyo en una líneas de nuestro poeta correntino David Martínez, que nos dice con serenidad y especial cadencia, para arribar a este momento:

“Retorno a tu aquietado firmamento
Junto a un silbo de tordo aurorecido,
Mas allá de tus calles y del viento
Que desandan las leguas y el olvido.
Solo el llamar de un niño muy lejano,
-lejanísimo niño ya perdido-
Sólo ese niño que me da la mano,
Y este hombre que regresa a lo vivido…”

Y así llego…con esas inquietudes que forjan mente y alma cuando queremos precisar: ¿Qué tributaremos en el decir…? ¿La prestancia de un hombre simple, de fuertes palabras, aún para los consejos más sencillos…?
¿La lucha indeclinable por los ideales que repetía una y otra vez, y que resuenan en algún pasillo de nuestro internado querido…?¿O acaso evocarlo en sus vestimentas blancas y atildadas en los referatos deportivos… expresados sin dilaciones y con firmeza…?¿O su rostro sonriente y la dulce Esther abriendo la puerta de “Ñanderogamí” a simples estudiantes que eran agasajados en sus cumpleaños y escuchaban ensimismados a los más ilustrados de la pequeña ciudad…o a sus músicos invitados que venían cantándole a la tierra…? Hoy viene el hombre, padre, hermano y maestro…Va a estar con nosotros el eterno fraternal, aquel que escoltaba y acompañaba a sus muchachos y cuando la bandada juvenil peregrinaba a sus estudios él salía presuroso, con andar erguido…al hospital, a las clínicas a atender sus pacientes con señorío y delicadeza…El incorporaba para sí frases, fechas, nombres y fraguaba en su corazón noble toda la versatilidad de una personalidad multifacética. Hoy traemos al amigo, que no pocos llevamos a nuestros hogares, y sostuvo en sus brazos a nuestros hijos…
Hoy traemos a ese hombre que en su ser denotaba la marca ancestral de una raza que lo signaba y enorgullecía…Hoy traemos esa sala cálida y acogedora de su casa, que mostraba tan pronto un Atahualpa, un Artigas, o un mural de una dulce mujer junto a la flor del Irupé sobre el hogar..Hoy traemos a su patio con enredaderas florecidas y una pasionaria que perfumará este homenaje…con la fuerza de ese hombre que se jugaba ppor su verdad…que sufrió desencantos, incomprensiones y soledades. Y que también conquistó lugares de prestigio y se proyectó con la fuerza en el hacer de la música y del canto…que ahondó en la lengua de sus mayores, en el decir guaraní. El altivo hombre que nunca doblegó ni su espíritu, ni su silueta que ahora avanza agigantada, se solaza entre nosotros y nos deja destellos de luz, de firmeza, coherencia y tradición…y nos dice:

MEMORIA DE LA SANGRE

"Con permiso, que traigo, mis amigos,
Florecida en un canto mi verdad,
Esa hermosa y doliente verdad del alma mía,
Que hace tiempo les debo y aquí está:
Sí Señores, yo soy el correntino,
Retoño de la estirpe tigrera de Cabral,
No queda bien decirlo, pero pienso
Que no está mal tampoco recordar.
Nací en un pago azul de cielo y agua,
Laguna, estero, río y malezal;
Me crié de a caballo y mi montado
Pisa la huella de la libertad.
Sí es que tengo por fuera, como dicen,
La traza agreste de los ñandubay,
Estén seguros que aquí dentro llevo
La miel del camoatí en rojo panal,
Tanto que a veces, cuando los recuerdos
Me hacen poner medio como sentimental,
Me basta un vaso de vino o una guayna
Para decir en verso lo que aprendí a callar.
Por la gracia de Dios soy correntino de las misiones,
Vine a ver la luz donde la viera el Padre de la Patria,
El José que acunó Rosaguarú.
No es lo mismo nacer en cualquier parte
Ni es lo mismo saber que no saber.
Para ser lo que soy estoy viniendo de muy lejos, de un tiempo
Iamaguaré.
Desde quien sabe cuándo fui y soy peregrino,
Buscador de mi propia dignidad
Ando detrás de un canto que me lleva
Hacia un lejano cielo de una tierra sin mal.
Eso sí, antes que nada yo quisiera con sencilla humildad,
Reconocer las dos vertientes principales de mi sangre criolla
Ya que soy mezcla de guaraní con español.
Por un lado el chamán, allí en el monte,
Que sueña, reza y baila para alcanzar a Dios;
Y por otro el Quijote aventurero,
Franciscano, Jesuita y Español.
También y ya hace un siglo
Me inyectaron chorros de sangre gringa,
Italiana italiana con sirio libanesa,
Que providencialmente me afirmaron en mi modo de ser.
Dentro de mí caminan y se encuentran,
Casi tal cual un indio,
El Uruguay reservado y sereno
Y al mismo tiempo, conquistador bravío del Paraná.
En la memoria de la sangre traigo letanía ritual
Una lista de nombres fundadores
Que son mi historia y yo quiero nombrar:
Yaguarón, rostro amable de la tierra,
La Provincia de Vera, y allí mi Taragüí,
Juan Torres, el Tupí, Fray Luís Bolaños
Y esa cruz que alumbró en Arazatí.
Uiraverá, Ñazú, Roque Gonzalez,
Aviarú, el General Embororé,
San Juan y sus caciques traicionados,
Pío Díaz, Suricá y Antonio Sed;
valientes Cazadores Correntinos,
Granaderos de temple guaraní,
Abucú, Guayaré, Abiyú y Abayá
Junto con Yepoyá y Arebatí.
También los que anduvieron con Belgrano,
Con Rondó y con Artigas:
Iribé, Mbaractú, Tomás y Pindoví;
Todos ellos gloriosos que humildemente fueron a morir
Después.
Pienso en aquel gobernador de Las Malvinas,
Y el que fuera maestro en Buenos Aires,
Y Mpaí Pajarito, el cura granadero,
Todos ellos se hundieron en el pueblo y ahora son raíz,
La historia…
La historia me dejó mil cicatrices en el cuero, en el alma;
Y sabe Dios que he curado en silencio mius hermidas
Y que siempre he ofrecido lo mejor;
A Cosio le mandé que diga Patria,
Y me puse a cuidarla con fervor.
Que lo diga Andresito y sus legiones,
Que murieron peleando al invasor.
Por ser fiel a mis ríos fui hasta el Puerto,
Le dí a Ferré mi causa Federal
Y viví bajo un monte de tacuaras
Afilando tijeras de esquilar.
Si bien dije y sostuve que soy República aparte,
Cuando la Patria quiso ser Nación
Me fui a San Nicolás de los Arroyos
Con la idea y la pluma de Pujol.
Con más de cuatro ejércitos
Anduve repartido en mis ganas de servir,
Y fui primera lanza en esa triste guerra
Que enlutara mi suelo guaraní.
Aún me cuesta mucho entender tan mucha muerte
Y no me cicatriza del todo el dolor aquel,
Quisiera saber bien quiénes me usaron,
Quién inventó esa guerra y para qué.
Mi historia…¿Quién escribe la historia?
Mi historia es Martín Fierro,
Y yo digo entre mí que Dios es justo
Y va a llegar el día en que sepan
Y entiendan por qué yo soy así,
Porque es por varias cosas que soy de esta manera,
Amo la tradición en que nací,
Me santiguo en la Cruz de los Milagros
Y me ampara la Virgen de Itatí;
Soy fiel a la palabra que he empeñado
Y respeto al que sabe respetar,
Es mi honra llevar la frente alta
Y tengo por riqueza el trabajo y la amistad.
Todavía no saben por qué mismo
Se calienta mi sangre y sin querer
Abro el pecho ni bien una acordeona
Se desata y retoza en chamamé;
Conjuro musical, hijo del viento,
Urgencia fraternal de la región,
Que arisca y dulcemente bandea las fronteras
Y te obliga a sentirte lo que sos.
Juventud, heredera del sueño americano,
Un resumen viviente de gloriosa humildad,
Esa mezcla de sangres y ríos torrenciales
Que va yendo imparable hacia la libertad
Por eso no me hallo en la injusticia
Y si aguanto no sé disimular,
Por eso pienso y digo: hay que plantarse yá mismo
En en esto que es nuestra verdad.
Y arraigados en esta tierra de uno
Crecer hacia lo nuevo desde la tradición
Con la mano tendida y como siempres,
De para en par abierto el corazón;
Conscientes de que nadie es más que nadie
Y es de todos aquí la obligación de ofrecer lo mejor
Porque sabemos que siendo la ley pareja no es rigor.
Entonces sí chamigo te aseguro que entre todos
Haremos realidad la Patria grande de nuestros mayores,
El sueño que regara la sangre de Cabral.
Entonces sí Señores yo me juego
Y me ofrezco otra vez, y una vez más
Para hacer que esta América esperanza
Sea la casa del hombre ñanderoga
Y por lo tanto la casa de la paz."

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Homenaje al Ingeniero GUSTAVO TORRESÁN (f), hijo del Fraternal Jorge Torresán

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