jueves, 31 de enero de 2008

"PRESENTE y PORVENIR" (para "Checale") - por Ernesto A. Maxit.

"...Algunos nos habíamos ido insensiblemente apoderando de la noche; esto no implicaba necesariamente grandes aventuras. Acostumbrábamos visitar al Dr. Maxit, entonces rector del colegio; él cenaba por lo general en lo de Filippini, ya que vivñia solo en un gigantesco caserón solo a medias ocupado por sus pertenencias. Ocasionalmente confería a alguno de nosotros el privilegio de acomañarlo a cenar; más habitualmente nos reuníamos en su casa después de la cena; tomábamos mate y ya avanzada la noche, tras conversaciones serias o jocosas, nos delumbraba con su erudición tanguera. La emisora de radio local propalaba a las 23:30 diariamente un programa llamado "Cada noche con su orquesta", y los temas se reproducían sin anunciar de qué orquesta se trataba; él la reconocía con absoluta seguridad: "Di Sarli" decía, "Troilo, década del 40", o "Troilo con Fiorentino", "Pugliese", "De Angelis", "Miguel Caló", "Francini-Pontier"; no le gustaba D'Arienzo pero admitía que su versión de "La Cumparsita" era una de las mejores..."

Fragmento del capítulo Modos Imperfectos del Adios, "El Palacio de Septiembre", de Guillermo Wiede, Editorial de Entre Ríos, 1998.


PRESENTE Y PORVENIR (para "Chécale") por Ernesto A. Maxit
"Alguna vez dijimos, hablando de "La Fraternidad", que persuadidos estábamos de la razón justa de su existencia actual y de su proyección hacia lo venidero.

Hoy, robustecidos en el convencimiento, podemos reafirmarlo: no ha sido vano, no, su recorrido de tres cuartos de siglo. Negarlo sería como negar el valor de las fuerzas del espíritu, abroquelarse en el materialismo sin corazón y sin alma, no percibir la luz vivificante del ideal, de su presencia, de su dictado permanente.

Pero también decíamos en la hora inolvidable de sus Bodas de Diamante: ojalá se haga grande su obra, se extienda su ámbito y ahonden sus raícesen el seno fecundo de la tierra madre, siempre cuidando su acervo moral y manteniendo intacta su esencia. Y es este el momento en que el imperativo de nuestra conciencia nos lleva a ratificarnos plenamente. Por ello decimos como en 1946:

"La Fraternidad" será en su esencia , aun enaltecida y magnificada, la misma de 1877 o no será "La Fraternidad".

Bien dispuestos, sin embargo, a todo proceso evolutivo y de adaptación a las necesidades actuales, seguimos pregonando lo imprescindible de extender la acción de "La Fraternidad" hasta completar el ciclo formativo de la juventud que llega a su regazo para hacer realidad su "sueño de niños" y creemos, hoy más que nunca, que para que la labor de la benemérita entidad no se pierda en el vacío, cumplido el lustro de acción directa sobre los jóvenes estudiantes, como lo viene haciendo esforzadamente, a través de todas las contingencias, por sobre todas las visicitudes, han menester sus educandos de la necesidad de cumplir totalmente su vocación. La desorientación e incertidumbre que envuelven a los fraternales a punto de egresar y esa frecuente sensación de fracaso que sobreviene cuando el egresado se enfrenta con la vida, ha de movernos una vez más a meditar sobre el palpitante problema.

Carreras tronchadas, ilusiones desvaídas, realidades amargas son que inducen a buscar que se prolongue el noble influjo de "La Fraternidad" para que sus retoños, que reverdecieron a su sombra, no se malogren antes de frutecer.

Y seguimos pensando que entre las muchas formas que pueden conducir al logro de la anhelada finalidad, la creación del hogar universitario fraternal sigue siendo el ideal realizable.

Pongamos en ello el empeño y hagámoslo como en 1877, modestamente, si se quiere hasta silenciosamente, pero con ánimo resuelto y una clara visión de porvenir.

la obra de "La Fraternidad" será así más cierta y aun más duradera y habremos puesto en ella como en el canto de nuestro admirado Córdova Iturburu "la esperanza de un mundo mejor".- (Fdo. Ernesto A. Maxit)

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